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Brasil, Estados Unidos y otros 20 países realizan ejercicio de guerra en la Amazonía

Veinte países, incluyendo Perú y Colombia, Estados Unidos, Alemania y Japón, participaron en los ejercicios militares llamados Amazonlog 2017.

En coordinación con los mandos militares brasileños, fueron los primeros juegos de guerra en la región estratégicamente importante de la Amazonía. Los ejercicios se basaron en la ciudad de Tabatinga, en el estado de Amazonas, situado en la frontera triple que separa al noroeste brasileño de Perú y Colombia.

Según el general Guilherme Theophilo, comandante militar brasileño de la región amazónica entre el 2014 y el 2016 y coordinador de Amazonlog, su propósito fue crear una base de apoyo logístico para entregar ayuda humanitaria y prepararse para responder a accidentes de avión y desastres naturales, como sequías, inundaciones y terremotos.

Participaron 2000 soldados, incluyendo 1550 brasileños, 150 colombianos y 120 peruanos. Estados Unidos envió a 30 soldados y un avión de carga militar C-130.

En una entrevista para TV Bandeirantes, el general Theophilo dijo que “la idea inicial de la operación vino de una experiencia que tuvieron los oficiales del mando logístico del ejército brasileño cuando participaron en las operaciones de bases de logísticas multinacionales de la OTAN en Europa para tratar con los refugiados provenientes de África y Oriente Medio”.

Esta experiencia se refiere al ejercicio militar de la OTAN denominado Capable Logistician 2015 (Especialistas de logística capaces 2015), en Hungría. Brasil participó como observador. El resultado de Capable Logistician fue la creación de una base militar de la OTAN en Hungría; sin embargo, el general Theophilo negó que se esa sea la intención de Amazonlog 2017.

Además, el general indica que el ejercicio militar incluyó la presentación de “materiales de doble uso, para la paz y la guerra”. Comenzando con Amazonlog 2017, espera que las operaciones humanitarias de la OEA se lleven a cabo con la contribución previa de todos los países del continente.

Según un reporte publicado en el sitio web de UOL el 2 de noviembre, titulado “Los ejercicios de Brasil crearán una base militar con EUA, Colombia y Perú en la Amazonía”, algunos “miembros de las fuerzas armadas dice que la gran concentración de tropas también tendrá un impacto en combatir las armas y drogas en la región”.

El silencio de la prensa corporativa brasileña, al igual que el de la pseudoizquierda, sobre Amazonlog 2017 tuvo pocas excepciones, pero limitadas a hacer eco de las palabras del general Theophilo, quien clasificó de “teoría conspirativa” cualquier sugerencia de que la presencia de tropas estadounidenses en la Amazonía constituía una amenaza a la soberanía nacional de Brasil. “Estados Unidos tiene una gran capacidad para la ayuda humanitaria. Solo en huracanes, Estados Unidos tuvo cuatro y rápidamente se reconstruyó a sí mismo”.

Como lo ha demostrado la cobertura del WSWS, particularmente en términos de la negligencia criminal de las víctimas de desastres en Puerto Rico, lo que dijo el general es un disparate.

Bajo el pretexto de realizar “acciones humanitarias” y librar una “guerra contra las drogas”, las versiones sudamericanas de las cruzadas de “derechos humanos” y de la “guerra contra el terrorismo” en otras partes del mundo, Amazonlog marca una nueva etapa en la ofensiva del imperialismo estadounidense en la región.

El “pivote hacia Asia” de Washington cuenta con una contraparte en el continente americano con el “pivote hacia América Latina”, recurriendo cada vez más al militarismo para compensar la mayor influencia de China y asegurar los intereses de Washington en la región.

Según un documento secreto del Departamento de Estado publicado en el 2010 por WikiLeaks, las minas brasileñas de niobio, un elemento químico utilizado en la aeronáutica cuyo 98 por ciento de reservas se encuentra en Brasil, son consideradas por EUA como estratégicas y esenciales.

La Amazonía el 21 por ciento de las reservas de niobio brasileñas, además del tántalo, utilizado en la industria electrónica y principalmente existente en Brasil. Estas reservas y las de cobre, oro, hierro, petróleo, gas y otros recursos minerales se encuentran concentrados en territorios indígenas y su explotación es por ahora bastante limitada. La selva amazónica, 60 por ciento de la cual se encuentra en Brasil, es uno de los ecosistemas más importantes del planeta, incorporando una tercera parte de las áreas de bosque lluvioso, la mayor diversidad biológica y la mayor cuenca de agua dulce.

Conjuntamente con los intereses estadounidenses en recursos minerales, Amazonlog 2017 se llevó a cabo en medio de un aumento en la presencia militar estadounidense alrededor del mundo, incluyendo la expansión de sus bases militares en América Latina, una región que el imperialismo estadounidense ha considerado desde hace mucho como su “patio trasero”. Brasil está rodeado de más de una docena de bases estadounidenses en países vecinos, principalmente en Perú y Colombia, sus principales copartícipes en el ejercicio. A pesar de que Brasil, el país más grande de América Latina, no tiene una base militar estadounidense, Amazonlog 2017 podría sentar las bases para su primera. Al mismo tiempo, se ha considerado permitirle a EUA utilizar su base de lanzamiento de satélites en Alcântara, Maranhão, una de las mejores del mundo por su proximidad al ecuador.

Otro contexto del Amazonlog ha sido el de las tensiones entre EUA y Venezuela, las cuales no han dejado de escalar desde fines de agosto, cuando el presidente Donald Trump declaró tener “muchas opciones para Venezuela, incluyendo la militar”.

Desde el 2016, Brasil ha recibido a más de 30 000 inmigrantes venezolanos que han ingresado en el país a través del estado norteño de Roraima. Según el Ministerio de Justicia, en la primera mitad del 2017, el número de solicitudes de asilo de venezolanos casi que se ha duplicado en comparación con el 2016, alcanzando los 7600 para junio del 2017. Si EUA decide recurrir a una “opción militar” contra Venezuela, el ingreso de refugiados aumentará aún más dramáticamente, mientras que Amazonlog 2017 ha sido una forma para que Brazil y los países colindantes se preparen para ello.

Según el profesor João Roberto Martins Filho de la Universidad Federal de São Carlos, quien habló con BBC Brazil como parte de un reporte publicado el 4 de mayo y titulado “El ejército estadounidense participará en un ejercicio militar sin precedentes en la Amazonía con la invitación de Brasil”, el acercamiento entre Brasil y Estados Unidos representado por el Amazonlog 2017 es una “ruptura con lo que ha sucedido desde 1989, caracterizado por un distanciamiento entre las fuerzas armadas brasileñas y las estadounidenses”. Este distanciamiento coincidió con el lanzamiento de la enorme ofensiva militar estadounidense en Oriente Medio, que dio inicio a los últimos 25 años de guerras ininterrumpidas estadounidenses.

Un hito de este distanciamiento militar entre EUA y Brasil fue la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y su Consejo de Defensa Centroamericano en el 2008, en la cúspide de los Gobiernos burgueses nacionalistas en el subcontinente identificados como “la marea rosada”. Ese mismo año, la Cuarta Flota de EUA fue puesta nuevamente en marcha en Florida para incrementar el alcance del imperialismo estadounidense en un momento en el que China se iba a convertir en el principal socio comercial de Brasil y otros países latinoamericanos. Desde ese momento hasta el 2014, Estados Unidos triplicó su despliegue de operaciones especiales en la región.

Este mismo distanciamiento fue el que llevó a Brasilia a realizar acuerdos militares con países europeos. En el 2011, firmó un acuerdo de $10 000 millones con el Gobierno francés para la construcción de cinco submarinos y la transferencia de tecnología, incluyendo nuclear. En el 2013, le compró a Suecia 36 aviones de caza Gripen por $4500 millones.

Sin embargo, en medio del colapso de los regímenes burgueses nacionalistas —la derrota del peronismo por Macri en Argentina, la destitución de Dilma Rousseff del Partido de los Trabajadores en Brasil y la profunda crisis del régimen de Maduro en Venezuela—, la integración regional en varios sectores propuesta por Unasur, incluyendo el militar, se está debilitando y está llevando a un reacercamiento con Estados Unidos.

Martins Filho también indicó que, de continuar este estrechamiento, se traduciría en un alineamiento mayor de la política de Defensa de Brasil con la de la OEA y su Junta Interamericana de Defensa (JID), esta última creada en 1942 por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. El general Theophilo confirmó en los ejercicios Amazonlog 2017 que el Ministerio de Defensa estaba creando un centro de logística multinacional con el apoyo y la participación de estas dos entidades.

Más allá, según el reporte del 4 de mayo de BBC Brazil, en marzo, el ejército estadounidense inauguró un centro tecnológico en São Paulo para “desarrollar alianzas con Brasil en proyectos de investigación enfocados en innovación”, lo que fue seguido por la firma de un Acuerdo de Intercambio de Información entre ambos países.

Hector Luis Saint Pierre, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Estatal de São Paulo (UNESP), también entrevistado por BBC Brazil, dijo que también se ha dado un reacercamiento con EUA “motivado por intereses económicos… He notado a oficiales defendiendo la tesis de que no necesitamos una autonomía tecnológica de las Fuerzas Armadas si podemos contar con alianzas como con EUA”. Manifestó que esta era “una perspectiva liberal sobre el ejército que ha estado ganando ímpetu”, contraria a la postura nacionalista de los Gobiernos del PT, la cual conllevó, por ejemplo, a la construcción de un submarino nuclear.

La “perspectiva liberal”, que tiende a ahondar la dependencia de las fuerzas brasileñas en EUA, está siendo impulsada en gran medida por la crisis económica enorme que afecta al país, reflejada en una caída del 44 por ciento en el presupuesto militar entre el 2012 y el 2017. Considerando la expectativa de ejercicios como Amazonlog 2017 cada dos años, lo más probable es que manifiesten una coordinación y participación cada vez mayores del ejército estadounidense.

En un reporte de UOL del 2 de noviembre, el profesor de relaciones internacionales de la UNESP, Samuel Alves Pereira, indica que el alineamiento militar brasileño con la OEA y la JID ha incidido en la estrategia de Defensa del país. “Estos cuerpos abordan el tema de defender una perspectiva multidimensional, en la que las fuerzas armadas de los países latinoamericanos son empujadas a trabajar en seguridad interna”, mientras que EUA toma acciones ante una posible invasión externa de esos países.

Después de Amazonlog 2017, el ministro de Defensa, Raul Jungmann, viajó a EUA, donde se reunió con el secretario adjunto de Estado para asuntos políticos, Thomas A. Shannon Jr., quien fue embajador de Brasil entre el 2011 y el 2013, y discutió la posibilidad de formar una Autoridad de Seguridad Suramericana para combatir el rimen organizado, una iniciativa que erosionaría todavía más el poder del Consejo de Seguridad Suramericana de Unasur.

El 17 de noviembre, Jungmann también participó en una conferencia en el centro de pensamiento CSIS, donde “solicitó que las dos principales democracias del hemisferio discutieran y adoptaran una verdadera agenda estatal de largo plazo”, según indica el sitio web del Ministerio de Defensa. La introducción a su conferencia fue hecha por Michael Matera, director del Programa América del CSIS, quien declaró que “Brasil y EUA se encuentran en un momento en el que nuestros intereses nacionales y las perspectivas de nuestros dos presidentes coinciden más que en muchos años, en temas tan variados como Venezuela, las amenazas regionales a la seguridad, al igual que la amenaza global que representa Corea del Norte”.

El mismo día, Jungermann tuvo una reunión en el Departamento de Operaciones de Misiones de Mantenimiento de la Paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde le reportó a la Empresa Brasileña de Comunicación que procura hacer que el país asuma el mando militar de la misión de “estabilización” de la ONU en la República Centroafricana, donde se supone que Brasil envíe mil tropas el año que viene. Anunció, además, que Brasil había sido invitado a tomar control del mando militar de la misión en la República Democrática del Congo. Estos preparativos están sucediendo después de los trece años en los que Brasil asumió el mando militar en Haití, que finalizaron en octubre.

En un momento en el que África está siendo disputada por China, el imperialismo europeo —particularmente el francés— y EUA, la presencia militar brasileña se sumará a los planes del imperialismo norteamericano en el continente.

El reacercamiento entre las fuerzas armadas brasileñas y las estadounidenses y el realineamiento de la estrategia de Defensa brasileña al imperialismo estadounidense constituyen graves advertencias para la clase obrera de Brasil y América Latina, una región que ha experimentado docenas de golpes de Estado y dictaduras militares derechistas respaldadas por EUA durante los últimos 50 años.

Estos desarrollos plantean la necesidad urgente de un movimiento independiente de la clase obrera contra la guerra en Brasil y en el resto de América Latina. En una región marcada por la promoción de substitutos a tal movimiento por parte de movimientos revisionistas, que han ido de guerrillas castristas al “socialismo democrático” del Partido de los Trabajadores de Brasil y el chavismo en Venezuela, la tarea inmediata que enfrenta la clase obrera brasileña y latinoamericana es la lucha contra el imperialismo mediante la construcción de un movimiento internacionalista y socialista, es decir la construcción de secciones nacionales del Comité Internacional de la Cuarta Internacional.

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