El siguiente es el texto de una carta escrita por Tom Mackaman, escritor del World Socialist Web Site e historiador, y David North, director de la Junta Editorial Internacional del World Socialist Web Site. Fue publicada en el número de abril de la American Historical Review, la revista de historiadores académicos más importante de EEUU. La carta respondía a una columna del editor de la AHR Alex Lichtenstein, publicada en el número de febrero de la AHR, en la que defendía el Proyecto 1619 del New York Times y atacaba al WSWS y a los historiadores que había entrevistado por sus críticas a la "reinterpretación" racial de la historia estadounidense por parte del proyecto.
En el presente número de AHR también hay cartas criticando a Lichtenstein de las historiadoras Victoria Bynum y Dolores Janiewsi, quienes fueran entrevistadas por el WSWS, y de Sean Wilentz, quien, junto con cuatro historiadores entrevistados por el WSWS— Bynum, James McPherson, James Oakes, y Gordon Wood— escribió una carta al New York Times Magazine en diciembre pidiendo que corrigiera los errores históricos y las deformaciones del Proyecto 1619. Las cartas son seguidas por una respuesta evasiva de Lichtenstein.
A LOS EDITORES:
Habiendo apreciado durante mucho tiempo el trabajo académico de Alex Lichtenstein, estamos decepcionados por el tono y el contenido de su editorial que defiende al Proyecto 1619 del New York Times en el número de febrero de la AHR. Evade las críticas al Proyecto por parte del World Socialist Web Site y ataca burdamente a algunos de los académicos que este ha entrevistado —Victoria Bynum, James McPherson, James Oakes, y Gordon Wood—.
Lichtenstein escribe que Wood "parece agraviado principalmente porque el Proyecto 1619 no le pidiera consejo". Afirma que Bynum, autora del trascendental Free State of Jones, es "mejor conocida por su atención a atisbos de sentimiento antiesclavista entre los blancos sureños" (subrayado nuestro), como si el hecho de que una proporción sustancial de sureños blancos tomara las armas contra la Confederación, ayudando a asegurar su derrota, fuera un asunto trivial. En cuanto a Oakes, Lichtenstein afirma que el ganador en dos ocasiones del Premio Lincoln "no dirige mucho fuego en realidad al Proyecto 1619". Ello no es así. En su entrevista Oakes lanzó una crítica mordaz al Proyecto 1619.
Lichtenstein se burla de estos historiadores como "un grupo variopinto" y "la pandilla de los cuatro". Afirma que se sintieron agraviados porque el Times "ejerciera la historia sin licencia" y "consultara a los historiadores equivocados " (subrayado en el original).
La objeción de los historiadores entrevistados por el WSWS al Proyecto 1619 no es que sus autores estuvieran "ejerciendo historia sin licencia" sino que estuvieran inventando una narrativa histórica sin hechos.
Nikole Hannah-Jones, periodista del Times e iniciadora del Proyecto, y sus promotores en Twitter se han puesto a atacar respecto a la raza a estos historiadores, y también al WSWS, por criticar su trabajo. Lichtenstein alude a esto, escribiendo que, "como muchos críticos se apresuraron a comentar, todos estos historiadores son blancos", añadiendo que "en principio, por supuesto, eso no tendría por qué invalidar sus puntos de vista". Entonces, ¿por qué mencionarlo? La insinuación es que la comprensión de la historia de una persona viene determinada por la raza propia. Es desafortunado que tengamos siquiera que señalar que dos de los académicos entrevistados por el WSWS (Adolph Reed Jr. y Clayborne Carson) son afroamericanos.
Lichtenstein afirma que en realidad no hay nada en juego en la presentación racial del Times de las dos revoluciones americanas. Concluye, "Aunque Hannah-Jones sea culpable de exageraciones, esto es más una cuestión de énfasis que de interpretación correcta o incorrecta".
La crítica del WSWS del Proyecto 1619 no es acerca de interpretaciones conflictivas de hechos bien establecidos. El Proyecto 1619 es una parodia de la historia. Los ensayos y entrevistas publicados por el WSWS han demostrado que el Times y Hannah-Jones están planteando una narrativa racial basada en distorsiones, medias verdades, y la falsificación de los acontecimientos históricos.
Los argumentos de Hannah-Jones son: a) la Revolución Americana fue una contrarrevolución, cuyo propósito era la protección de la esclavitud contra la emancipación británica; b) Lincoln era racista, y la Guerra Civil apenas tenía que ver con el movimiento por abolir la esclavitud; c) los afroamericanos han luchado solos ante el constante racismo basado en la doctrina universalmente popular de la supremacía blanca; d) el racismo y la esclavitud son los elementos esenciales del excepcionalismo americano; y, por lo tanto (y lo más importante de todo), e) toda la historia estadounidense es esencialmente la lucha entre la raza blanca y la negra. Las fuerzas impulsoras de la historia estadounidense no son procesos socioeconómicos que den origen a conflictos de clase, sino más bien odios raciales eternos y suprahistóricos.
El Proyecto 1619 o bien ignora o bien minimiza los acontecimientos y a los participantes que contradicen esta narrativa. Frederick Douglass y Martin Luther King no aparecen, y el movimiento abolicionista y el de los derechos civiles apenas son mencionados de paso. No se menciona al movimiento obrero. Es imposible presentar una narrativa coherente de la experiencia afroamericana a lo largo de los últimos 150 años separada de la historia del conflicto de clase en los EEUU y el desarrollo de su movimiento obrero multiracial.
Lichtenstein pasa como ampliamente aceptado lo que es de hecho una generalización disputada e insostenible: que la "esclavitud y el racismo están en la base de 'casi todo lo que ha hecho a Estados Unidos verdaderamente excepcional'". Esto no puede ser cierto, ya que ni la esclavitud ni el racismo son exclusivos de los Estados Unidos. Ambos han existido en innumerables sociedades, desde el mundo antiguo hasta los tiempos modernos. El "excepcionalismo" de la historia estadounidense está ligado al surgimiento del capitalismo como sistema económico mundial, que cobró existencia, como dijo Marx, "goteando sangre y suciedad de pies a cabeza, por todos los poros". Todas las brutalidades del Nuevo Mundo, empezando con el exterminio de la población aborigen, surgió de este proceso.
Ningún historiador serio disputa que la esclavitud es un elemento crítico de la historia estadounidense. Pero la unicidad de esta experiencia trágica fue que hizo surgir al movimiento antiesclavista más intransigente que haya conocido el mundo; y que la esclavitud fue destruida en una guerra civil en la que murieron aproximadamente tantos estadounidenses como en todas las otras guerras estadounidenses juntas. Tres enmiendas constitucionales se aprobaron como consecuencia de la guerra que transformaron el estatus legal de los antiguos esclavos y expandieron vastamente los derechos de todos los ciudadanos. Gran parte de la promesa de igualdad fue traicionada, pero ello no resta de la importancia histórica de la Guerra Civil y la presidencia de Abraham Lincoln, que determinó hasta un grado extraordinario el desarrollo económico, social, político y cultural ulterior de los Estados Unidos.
El Proyecto 1619 plantea una perspectiva basada en la raza que es, tanto en sus cimientos teóricos como su perspectiva política, intelectualmente insostenible. Lichtenstein indica que sabe que ello es así, cuando escribe, "Puede que los marxistas encuentren desconcertante que se pongan las relaciones de 'raza' en el lugar de las de clase".
Sí, eso es cierto, y por un buen motivo. Como comentó George Lukács en La destrucción de la razón, su estudio sobre los orígenes intelectuales del fascismo, "El biologismo en filosofía y sociología siempre ha sido una base para las tendencias filosóficas reaccionarias". Ya va siendo hora de hacer un examen intenso y crítico de los intereses políticos y sociales que subyacen a la fijación contemporánea con la categoría no científica de la identidad racial, y su uso como ariete contra la genuina erudición histórica.
TOM MACKAMAN
King’s College, Wilkes-Barre, Pennsylvania
DAVID NORTH
director de la Junta Editorial Internacional del World Socialist Web Site (Publicado originalmente en inglés el 20 de abril de 2020)