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Perspectiva

Trabajadores de autopartes en EE.UU. se rebelan contra Dana Inc. y los sindicatos

Miles de trabajadores de la autopartista Dana en todo EE.UU. están votando en contra de un contrato superexplotador de cinco años que los sindicatos United Auto Workers (UAW) y United Steelworkers (USW) están intentando imponer a la fuerza.

Las mayores fábricas ya votaron “No” por márgenes abrumadores, incluyendo en Pottstown, Pennsylvania; Fort Wayne, Indiana; Paris, Tennessee; Warren, Michigan; y Danville, Kentucky. Los trabajadores de las otras plantas realizarán su votación a inicios de esta semana.

Esta rebelión contra Dana, el UAW y el USW es un poderoso paso adelante para los trabajadores de Dana y la clase obrera internacional. Después de 18 meses de una pandemia que se ha cobrado más de 650.000 vidas en EE.UU. y más de 4 millones a nivel global, el voto en contra es una señal de que la clase obrera considera que los niveles masivos de desigualdad social son intolerables y que algo se debe hacer al respecto.

Planta de Dana en Ft. Wayne

La realidad en Dana desmiente los argumentos de grupos como los Socialistas Demócratas de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés) y publicaciones como Jacobin y Left Voice, que presentan los sindicatos falsamente como “organizaciones obreras”.

En las sesiones informativas del domingo para discutir el contrato propuesto de cinco años, los trabajadores sobrecargados y exhaustos emprendieron contra los oficiales del UAW y el USW, quienes no dejaron que los trabajadores vieran el contrato completo y están colaborando con la gerencia para exigir tiempos extra, ayudándole así a la empresa a acumular sus existencias en caso de huelga. Preocupados de que el UAW y el USW llevarán a cabo un fraude en la votación, los trabajadores de muchas plantas tomaron la iniciativa independiente de enviar delegaciones de las bases para monitorear el conteo de votos.

Los trabajadores se están rebelando contra condiciones que recuerdan el trabajo al inicio del siglo veinte de reporteros investigativos como el fotógrafo Jacob Riis o el autor Upton Sinclair. La novela La Jungla de 1906 de Sinclair describe las condiciones inseguras, insalubres y agobiantes de los trabajadores inmigrantes en el barrio Back of the Yards de empacadoras de carne de Chicago que resonaría mucho con los trabajadores de Dana en la actualidad. El hecho de que podría decirse que las condiciones en 2021 son peores que en el albor de los sindicatos industriales se debe a las décadas de traiciones llevadas a cabo por la confederación AFL-CIO y los sindicatos en todas partes.

En este “taller sindicalizado”, los trabajadores de Dana tan solo reciben una ausencia remunerada cada tres meses. Regularmente trabajan 20, 40 o hasta 60 días seguidos sin descanso, con jornadas de hasta 12 horas. Los trabajadores se desmayan por golpes de calor, sufren ataques cardiacos, convulsiones o contraen COVID-19 en el trabajo, mientras el USW y el UAW se aseguran de que la producción siga en marcha, sin importar el costo en vidas humanas.

La empresa y el sindicato tratan a los trabajadores peor que animales. Cuando el trabajador Danny Walters de Dry Ridge, Kentucky, sufrió una convulsión en el trabajo, ni Dana ni el UAW llamaron a su esposa para informarle. El trabajador recibió un aviso pocas horas después de morir ordenándole que volviera a trabajar el día siguiente. Los trabajadores ven la muerte prematura de Walters como un símbolo de las múltiples capas de injusticia que enfrentan a diario y han jurado avanzar la lucha en su nombre.

Las historias de terror como esta son comunes en las plantas de Dana, que los trabajadores han apodado “buques negreros”, “prisiones” y “talleres clandestinos”. Los trabajadores prácticamente no reciben nada mientras el director ejecutivo James Kamsickas, un partidario de Trump, se embolsó más de $10 millones en 2020. Asimismo, la empresa entrega decenas de millones de dólares en dividendos a sus accionistas adinerados. La empresa recibió $9 millones del rescate corporativo bipartidista conocido como la Ley CARES, cuando la producción continuaba en plena pandemia.

Los trabajadores no solo se enfrentan a una empresa despiadada, sino a todo el sistema capitalista. La explotación extrema de los trabajadores de Dana no es la excepción bajo el capitalismo, sino la norma. Cuando millones son víctimas de muertes prevenibles por la pandemia, esta ley de la explotación capitalista ha llevado a los Gobiernos de todo el mundo a implementar políticas que la revista médica BMJ (antes British Medical Journal) tildó de “asesinato social”: obligar a los estudiantes a regresar a las aulas para que los padres puedan volver al trabajo a ser explotados lucrativamente, incluso frente a la propagación de la mortal variante delta.

La política de la clase gobernante consiste en garantizar las ganancias corporativas y alimentar el aumento astronómico de las bolsas de valores, sin importar cuántos millones deban morir.

Los trabajadores de Dana han comenzado a organizarse en torno a un comité establecido por los trabajadores de Dana en varias plantas críticas de todo el país. El Comité de Base de los Trabajadores de Dana (DWRFC, por sus siglas en inglés) ha ganado un gran apoyo por exigir la jornada laboral de 8 horas y la semana de 40 horas, así como un aumento salarial de 75 por ciento y el control obrero de la seguridad en la planta durante la pandemia.

Muchos trabajadores de Dana reportaron que el World Socialist Web Site ha sido una herramienta invaluable en su lucha, ofreciendo una guía e información sobre la empresa y la experiencia de luchas pasadas. Los trabajadores de Dana han estudiado las lecciones del Comité de Base de los Trabajadores de Volvo (VWRFC, por sus siglas en inglés), establecido por los trabajadores de Virginia durante su lucha contra la empresa y el UAW, así como las lecciones de los paros de los trabajadores de autopartes de Matamoros, México, en 2019.

La lucha en Dana forma parte de una rebelión internacional y cada vez mayor de los trabajadores de todo el mundo. Un reporte del FMI publicado la semana pasada advirtió que el mundo está en medio de un estallido masivo de la lucha de clases. El reporte afirma que el número de huelgas generales y protestas masivas se ha disparado un “impresionante 244 por ciento” entre 2011, el año de la Primavera Árabe, y el 2019. Es particularmente inquietante para la aristocracia financiera que, “El número de huelgas generales aumentó 821 por ciento”.

El Día Internacional de los Trabajadores de 2021, el 1º de mayo, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional llamó a construir la Alianza Obrera Internacional de Comités de Base (AOI-BC o IWA-RFC, por sus siglas en inglés). El CICI escribió:

El IWA-RFC buscará desarrollar el marco para nuevas formas independientes, democráticas y militantes de organización de las bases de trabajadores en las fábricas, las escuelas y los lugares de trabajo a una escala internacional. La clase obrera está lista para luchar. Pero se encuentra amarrada por las organizaciones burocráticas reaccionarias que suprimen toda expresión de resistencia.

Va a ser un medio por el cual los trabajadores de todo el mundo podrán compartir información y organizar una lucha unida para exigir protecciones para los trabajadores, el cierre de las instalaciones inseguras y la producción no esencial y otras medidas de emergencia necesarias para detener la propagación del virus.

La rebelión en Dana confirma la necesidad de desarrollar una alianza internacional de comités para dirigir la lucha de la clase obrera. El Partido Socialista por la Igualdad y el WSWS están comprometidos con asistir a los trabajadores de Dana y a todos los trabajadores en establecer y construir una red de comités de base en Estados Unidos y todo el mundo.

Para más información sobre unirte o construir un comité de base, haz clic aquí .

(Publicado originalmente en inglés el 29 de agosto de 2021)

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