En una elección seguida de cerca por el Gobierno de Biden y los sindicatos estadounidenses y canadienses, los trabajadores de la planta gigante de ensamble de General Motors en Silao, México, votaron por un gran margen a favor de la representación del sindicato SINTTIA. Superando con creces a los otros tres sindicatos en la papeleta, SINTTIA recibió el 78 por ciento, mientras que el sindicato actual de la CTM solo obtuvo 5 por ciento.
Hay más de 6.000 trabajadores en la planta, donde se construyen las camionetas Chevrolet Silverado y G.M.C. Sierra. La CTM, la cual está alineada con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha estado en la planta desde 1995 y es odiada ampliamente por su colaboración abierta con la gerencia. Los trabajadores en la planta comienzan con un sueldo de menos de $9 por día, apenas por encima del salario mínimo en México, mientras que los salarios alcanzan un máximo de $23 por día.
Si bien es entendible el entusiasmo de los trabajadores de expulsar a la CTM, SINTTIA no representa una alternativa auténtica. El hecho de SINTTIA esté siendo promovido activamente por el Gobierno estadounidense y la confederación sindical proempresarial AFL-CIO, el sindicato automotor UAW y su homólogo canadiense Unifor es una advertencia.
La promoción de SINTTIA en la planta de Silao forma parte de una campaña más amplia de los Gobiernos de EE.UU. y Canadá y del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para favorecer por encima de la odiada CTM a sindicatos “independientes” que no están menos bajo el control de las empresas y el Estado. De esta manera, la clase gobernante busca desviar el enojo y la militancia de los trabajadores detrás de canales inofensivos.
La victoria del sindicato supuestamente independiente de SINTTIA está siendo aplaudida con entusiasmo por la burocracia sindical estadounidense. En un informe a la prensa pocas horas después del voto, el UAW declaró: “El UAW felicita a los trabajadores de GM en Silao por formar un sindicato libre, justo e independiente, SINTTIA. Aplaudimos al Gobierno de Biden y a la representante comercial de EE.UU. por garantizar un proceso electoral justo y esperamos con ansias una nueva era de sindicatos libres, justos e independientes en México”.
La presidenta de la AFL-CIO, Liz Schuler, declaró: “Los trabajadores abogarán por salarios más altos y estándares mejores de salud y seguridad… ayudando a establecer nuevos estándares en la industria automotriz. Este voto representa un rechazo del pasado”.
La planta de Silao ha sido el centro de oposición militante a la economía de bajos mano de obra barata que imponen las transnacionales estadounidenses a costas de los trabajadores mexicanos, con el apoyo de la corrupta CTM y los partidos políticos capitalistas de México. Un grupo independiente de trabajadores que llegó a llamarse Generando Movimiento había estado haciendo campaña por años contra la CTM por años en la planta. El grupo organizó apoyo por los trabajadores en huelga de GM en EE.UU. en 2019, rehusándose a las aceleraciones del ritmo de trabajo y a tiempo extra forzado. Los líderes del movimiento sufrieron represalias brutales por parte de la gerencia.
Los trabajadores de GM en Silao van a entrar pronto en conflicto con SINTTIA. El carácter proempresarial de este sindicato lo demuestra el hecho de que una de sus promotoras de más alto perfil es la abogada Susana Prieto, quien fue elegida el año pasado como diputada federal por partido gobernante Morena. Al promover SINTTIA, Prieto ha aclamado la intervención del Gobierno estadounidense, el mismo Gobierno que está llevando a cabo la detención de deportación masiva de decenas de miles de trabajadores inmigrantes en la frontera.
La promoción de SINTTIA por parte del Gobierno de Biden y los gánsteres de la AFL-CIO y el UAW no tiene nada que ver con alguna inquietud por la opresión de los trabajadores mexicanos. Es todo lo contrario. Los representantes de la patronal estadounidense han dudado cada vez más la habilidad de la CTM para suprimir las luchas de los trabajadores mexicanos, cuya mano de obra es una fuente de inmensas ganancias para Wall Street.
Estas preocupaciones aumentaron con la rebelión en el invierno de 2019 de parte de los trabajadores de las maquilas en Matamoros, México, quienes organizaron comités independientes de obreros e iniciaron una ola de poderosas huelgas que estremeció las suplidoras de autopartes y otras corporaciones transnacionales. Los trabajadores de Matamoros en huelga cargaron pancartas que decían “Sindicato y empresas matan a la clase obrera”. Cabe notar que los trabajadores de Matamoros hicieron llamados a sus hermanos en EE.UU., socavando las décadas en que los sindicatos de EE.UU. han intentado enfrentar a los trabajadores estadounidenses contra los trabajadores al sur. Por su parte, Prieto trabajó con los “sindicatos independientes” alineados con EE.UU. para subvertir los comités de huelga democráticos y las asambleas masivas que los propios trabajadores habían organizado.
El esfuerzo del Gobierno estadounidense por promover sindicatos 'independientes' en México va de la mano con los esfuerzos de la Administración de Biden por apuntalar a los sindicatos oficiales en Estados Unidos, incluyendo el respaldo a la campaña de sindicalización del sindicato Retail, Wholesale and Department Store Union (RWDSU) en el centro de distribución de Amazon en Bessemer, Alabama.
El carácter de la llamada reforma laboral en México también queda expuesto por el hecho de que formó parte de las negociaciones del reaccionario Tratado Comercial de México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), el TLCAN modificado.
El tipo de 'democracia' que los sindicatos estadounidenses promueven en Silao queda demostrado por el historial tanto del UAW como de la AFL-CIO, así como de Unifor en Canadá. Por décadas, los sindicatos estadounidenses han funcionado como poco más que extensiones de la administración corporativa, supervisando los ataques a los salarios, las condiciones de trabajo y los empleos.
Una investigación federal sobre corrupción ha dado lugar a la condena de dos expresidentes del UAW, que se declararon culpables de robar el dinero de las cuotas de los afiliados para financiar lujosos estilos de vida. Otros funcionarios del UAW fueron declarados culpables de aceptar sobornos de Fiat Chrysler con el fin de asegurar contratos favorables a la patronal que robaron a los trabajadores cientos de millones de dólares en salarios y beneficios.
El año pasado, se produjeron huelgas en Volvo Trucks y en la empresa de maquinaria agrícola John Deere, después de que los trabajadores rechazaran una serie de contratos proempresariales negociados por el UAW. Los comités de base creados por los trabajadores con el apoyo del World Socialist Web Site desempeñaron un papel importante en ambas luchas.
Por su parte, Unifor es conocido por su nociva demagogia antimexicana. Incluso lanzó una campaña de boicot a los vehículos fabricados en México, mientras que no hace nada por defender los puestos de trabajo de los trabajadores canadienses del sector automotriz.
La AFL-CIO ha estado íntimamente relacionada con los complots de subversión del Gobierno estadounidense dirigidos contra los trabajadores militantes a nivel mundial. Esto ha incluido la creación de sindicatos títeres procapitalistas y la purga de sectores de trabajadores militantes y de mentalidad socialista. A través de su frente vinculado a la CIA, el Instituto Americano para el Desarrollo del Sindicalismo Libre (AIFLD, por sus siglas en inglés), la AFL-CIO y sus secuaces sindicales locales en América Latina participaron en sangrientos golpes de Estado orquestados por la CIA, como en Guatemala (1954), Brasil (1964) y Chile (1973).
El Centro Americano para la Solidaridad Sindical o Solidarity Center, con sede en Washington, continúa esta sombría tradición. Financiado principalmente por el Gobierno estadounidense, forma parte del Fondo Nacional para la Democracia (NED, siglas en inglés), que ha servido históricamente como conducto para el dinero de la CIA. En los últimos años, el Solidarity Center ha estado involucrado en los esfuerzos continuos de Estados Unidos para desestabilizar al Gobierno de Venezuela.
En 2020, el NED dio 858.000 dólares al Solidarity Center para 'construir organizaciones independientes y representativas, incluyendo una coalición nacional, para mejorar el cumplimiento de los derechos laborales'. En una reunión con AMLO en junio de 2021, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris prometió 130 millones de dólares para apoyar la 'reforma laboral' patrocinada por el Estado mexicano.
La intervención del UAW y la AFL-CIO en Silao busca impedir la unificación de los trabajadores automotores mexicanos y estadounidenses, manteniendo divididos a los trabajadores de ambos lados de la frontera. La burocracia sindical está especialmente preocupada por el papel del World Socialist Web Site, que ha luchado por unir a los trabajadores de México y de todo el continente americano a partir de una perspectiva socialista e internacionalista.
El WSWS rompió el apagón mediático de las huelgas de Matamoros y llevó la noticia de sus heroicas luchas a los trabajadores de EE.UU. y Canadá. Hizo una campaña de apoyo a la lucha de los trabajadores de Silao, quienes se enfrentaron victimizaciones por parte de la CTM y la patronal en reacción a su valiente apoyo a la huelga de GM en EE.UU.
Los trabajadores necesitan organizaciones, pero éstas deben ser genuinamente democráticas y controladas por los propios trabajadores, no las estructuras burocráticas de los sindicatos procapitalistas que están casadas con las corporaciones y el Estado.
El Comité Internacional de la Cuarta Internacional hace un llamado a los trabajadores para que construyan la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base para montar una contraofensiva mundial frente al despiadado afán de lucro de la clase capitalista. Los trabajadores que estén de acuerdo con esta perspectiva deben ponerse en contacto con el WSWS.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de febrero de 2022)