Este artículo fue publicado originalmente en Twitter.

El editorial del New York Times titulado 'The War in Ukraine is Getting Complicated, and America Isn't Ready' (La guerra en Ucrania se está complicando y Estados Unidos no está preparado) indica que existen graves divisiones dentro y entre la Casa Blanca y las agencias de inteligencia sobre el curso de la guerra de la OTAN contra Rusia. El Times expresa su preocupación por los 'costes extraordinarios y los graves peligros' de la guerra, y afirma que 'hay muchas preguntas que el presidente Biden todavía tiene que responder al público estadounidense con respecto a la continua participación de Estados Unidos en este conflicto'.

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Durante los últimos tres meses el periódico ha incitado a la histeria proguerra y anti-Rusia. Pero ahora escribe que no es 'en el mejor interés de Estados Unidos sumergirse en una guerra total con Rusia, incluso si una paz negociada puede requerir que Ucrania tome algunas decisiones difíciles'. El mensaje del Times al régimen ucraniano es sombrío: 'Si el conflicto desemboca en negociaciones reales, serán los líderes ucranianos los que tendrán que tomar las dolorosas decisiones territoriales que exigirá cualquier compromiso'.

El editorial continúa: 'El Sr. Biden también debería dejar claro al presidente Volodymyr Zelensky y a su gente que hay un límite a lo que Estados Unidos y la OTAN llegarán para enfrentarse a Rusia, y límites a las armas, el dinero y el apoyo político que pueden reunir. Es imperativo que las decisiones del gobierno ucraniano se basen en una evaluación realista de sus medios y de cuánta más destrucción puede soportar Ucrania'.

Por último, en lo que es claramente un llamamiento a Biden para que reconsidere sus objetivos inmediatos, el Times escribe: 'El reto ahora es sacudirse la euforia, dejar las burlas y centrarse en definir y completar la misión'.

¿Qué ha llevado a este evidente cambio? Hay varios factores en juego. En primer lugar, parece que la derrota en Mariupol tiene una importancia militar mucho mayor de lo que ha reconocido la administración Biden, y ha echado un jarro de agua fría sobre las esperanzas de una victoria ucraniana.

En segundo lugar, las desastrosas consecuencias económicas internacionales y nacionales de la guerra son cada vez más evidentes. La inflación se está descontrolando, los mercados financieros están sufriendo un duro golpe y parece inevitable una gran recesión.

En tercer lugar, y más importante, la crisis social y económica, acelerada por la guerra, está alimentando el crecimiento de la lucha de clases. El Times lo reconoce, escribiendo que 'el apoyo popular a una guerra lejos de las costas estadounidenses no continuará indefinidamente'.

Pero a pesar de las divisiones internas de la clase dominante que se expresan en el editorial del Times, el gobierno de Biden no podrá simplemente dar marcha atrás y salir de la crisis política que puso en marcha al provocar la invasión rusa.

La decisión de provocar un conflicto militar no fue simplemente un error. Surgió de la búsqueda de 30 años de hegemonía mundial por parte del imperialismo estadounidense. La persecución de este objetivo no tendrá fin, excepto por el desarrollo de un movimiento masivo antiguerra y socialista dirigido por la clase obrera.

(Publicado originalmente en inglés el 20 de mayo de 2022)