“La subvariante BA.5 de ómicron es la peor versión del virus que hemos visto. Lleva el escape inmunológico, que ya es extenso, al otro nivel” — Dr. Eric Topol, fundador y director del Scripps Research Translational Institute
La subvariante BA.5 de ómicron, que es altamente infecciosa y inmunoevasiva domina en gran parte del mundo y está alimentando otra ola de infecciones, hospitalizaciones, casos debilitantes de COVID persistente, y muertes. Desde que alcanzó un punto mínimo el 30 de mayo, el promedio oficial de siete días de casos nuevos diarios se ha casi duplicado a 926.123.
Mientras Europa es actualmente el epicentro de la ola de BA.5, las últimas semanas han visto fuertes aumentos en países de todo el mundo, incluyendo Bolivia, Guatemala, México, Túnez, Irak, Australia, Nueva Zelanda, Japón, entre otros.
Las cifras oficiales de cada país son sumamente incompletas. Durante los últimos siete meses, la élite política y la prensa corporativa de casi todos los países fuera de China ha alegado falsamente que ómicron es leve y desmanteló los sistemas de rastreo de pruebas y datos. Mientras les dicen a todos que es seguro quitarse la mascarilla, adoptaron universalmente el mantra de que la sociedad debe “aprender a vivir con el virus” sin explicar nunca las verdaderas implicancias de esta nueva realidad.
Hay un gran sector que no está viviendo con el coronavirus. Está muriendo o se ha visto discapacitado por COVID-19. El nuevo statu quo, impuesto a través de una propaganda incesante y coerción económica, significa que las poblaciones pueden esperar una ola más frecuente tras otra de COVID-19. Como lo han predicho muchos expertos y como lo advirtió el World Socialist Web Site desde el año pasado, ahora la norma es tener entre dos y tres olas de contagios y reinfecciones cada año.
A pesar de que la Unión Europea cuenta con una de las tasas más altas de vacunación en el mundo, todo el continente está sufriendo una masiva ola de infecciones, mientras que las hospitalizaciones y las muertes siguen en tándem. Los países más golpeados per cápita en Europa son actualmente Francia, Italia y Grecia.
En Francia, se confirman oficialmente 127.212 casos diarios en promedio, ocho veces más que el punto bajo alcanzado el 13 de junio. En tan solo la última semana, los ingresos hospitalarios por COVID-19 aumentaron 40 por ciento en Francia. Varios otros países europeos han visto aumentos de más de 20 por ciento. En las últimas tres semanas, las muertes oficiales por COVID-19 casi se han duplicado en Francia y España, mientras que a nivel de la Unión Europea se dispararon 60 por ciento.
En Grecia, el promedio de siete días de casos diarios se multiplicó casi por cinco en el último mes y ahora se encuentra en 17.750 casos diarios. Más de 2.000 personas se encuentran hospitalizadas por COVID-19 en el país y las muertes oficiales por COVID-19 se duplicaron con creces en menos de un mes. A fin de ocultar esta situación cada vez más grave, la Organización Nacional para la Salud Pública (EODY, por sus siglas en griego) cambió esta semana de dar reportes diarios a semanales.
En Italia, un promedio de 104.078 personas se está infectando cada día por COVID-19, seis veces más que el 3 de junio. Según las cifras oficiales, más de 11 por ciento de todos los casos nuevos son reinfecciones, la cifra más alta hasta la fecha. Las muertes oficiales por COVID-19 se duplicaron con creces en el último mes.
En EE.UU., BA.5 se volvió dominante a fines de junio. Mientras que las cifras oficiales han permanecido cerca de los 100.000 contagios diarios durante los últimos dos meses, se estima que la cifra real es hasta seis veces mayor. La positividad de las pruebas dio un salto a nivel nacional de un mínimo de 2 por ciento en marzo a 18 por ciento. Las muertes confirmadas por COVID-19 están volviendo a aumentar. En el condado de Los Ángeles, el promedio de muertes diarios se duplicó en la última semana y otras ciudades están viendo incrementos similares.
Los virólogos y expertos de enfermedades infecciosas están particularmente preocupados sobre BA.5 debido a su mayor escape inmunológico y capacidad para causar reinfecciones e infectar a personas vacunadas. Además, un estudio prepublicado del Instituto Kirby en Australia descubrió que el tropismo de BA.5 o su habilidad para infectar las células parece favorecer una mayor infección de los pulmones en vez de las vías respiratorias superiores, causando una enfermedad más grave en los modelos animales. Su estudio también halló que BA.5 produce una mayor carga viral que las otras subvariantes de ómicron.
¿Qué pueden esperar las personas de “vivir con COVID” y al menos dos olas anuales de infecciones y reinfecciones masivas a nivel global?
Un estudio reciente prepublicado del Dr. Ziyad Al-Aly et al de la Universidad de Washington en St. Louis halló que las personas con reinfecciones, comparado a aquellas con una infección previa, tuvieron una mortalidad dos veces mayor por todas las causas, así como un mayor riesgo de enfermedades cardiacas y respiratorias. Vieron un riesgo tres veces mayor de ser hospitalizadas después de la fase aguda de su infección. El riesgo sigue aumentando con tres o más infecciones, afectando todos los órganos más importantes y el metabolismo.
Cada ola masiva de contagio, que en realidad infecta a cientos de millones o incluso a miles de millones, como ocurrió en el invierno, hace que decenas de millones de pacientes más desarrollen secuelas a largo plazo, que son conocidas como COVID persistente y pueden afectar del 10 al 30 por ciento de aquellos infectados. Las vacunas existentes reducen de forma mínima estos riesgos y las reinfecciones siguen predisponiendo al COVID persistente. Uno de cada tres personas con COVID persistente tiene secuelas tan debilitantes que no pueden cuidarse a sí mismos o a sus familias.
Los datos más recientes de la ola global de BA.5 y los estudios científicos más recientes desmienten nuevamente que el coronavirus evolucionará para volverse más leve e inofensivo. La ola global en marcha se produce pese a niveles alto de inmunidad poblacional por infecciones previas o vacunación. Esto desmitifica cualquier noción de que será posible alcanzar la “inmunidad colectiva” (de rebaño) con las vacunas existentes o a través de la estrategia homicida de permitir que el virus se propague sin control.
Hay nuevas variantes que ya piden su turno. La subvariante BA.2.75 de ómicron ya fue detectada en varios países y la mayoría de los casos hasta la fecha se han visto en India. Varias subvariantes de BA.5 están sacando ventajas progresivamente en Alemania (BA.5.3.1), Reino Unido (BA.5.1) y otras partes. Un portavoz de los CDC le dijo anónimamente a Fortune que “las variantes y subvariantes se están fragmentando rápido. No hay ni una ni dos, sino cientos de variantes y subvariantes”.
En EE.UU. y muchos otros países, los funcionarios sanitarios han comenzado a adoptar un tono más preocupado. El martes, por primera vez en semanas, el coordinador de la respuesta al COVID de la Casa Blanca, el Dr. Ashish Jha, aconsejó a los estadounidenses a utilizar mascarillas. Lo presentó en términos de una decisión individual y no mencionó el regreso de su uso obligatorio.
Claramente nervioso ante la ola cada vez peor de BA.5, el Dr. Jha afirmó, “evidentemente muchos estadounidenses se infectaron en la ola de BA.1-BA.1.1 en enero. Creo que tenemos evidencia muy clara de que su nivel de protección a este punto es mínimo ante BA.5, ciertamente contra una infección”.
El Dr. Anthony Fauci hizo eco de esto, afirmando, “si contrajiste BA.1, realmente no tienes mucha protección buena contra BA.4 ni BA.5… el principio general es que sabemos que la inmunidad se desvanece con los coronavirus, provenga de una infección natural o de la vacunación”.
Hay que recordar que ambas autoridades sanitarias, junto con toda la élite política y los medios de comunicación corporativos, dieron la bienvenida el invierno pasado a la variante ómicron, que supuestamente era “leve” y altamente contagiosa, como la variante tan esperada para conseguir por fin la “inmunidad colectiva” enviando el virus a un estado “endémico”.
El 17 de enero, un día en el que más de 800.000 estadounidenses se infectaron con COVID-19 y 1.397 murieron a causa de la enfermedad, el Dr. Fauci declaró durante el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza): “Es una cuestión abierta si ómicron va a ser o no la vacuna de virus activo que todo el mundo espera”.
Ese mismo día, el Dr. Jha apareció en CNBC y declaró: “Espero que ómicron nos dé las lecciones que necesitamos para gestionar el resto de esta pandemia, dure lo que dure, y pasar a una nueva normalidad, en la que tratemos este virus mucho más como algo endémico. Así que espero que esta sea realmente la variante de transición que nos ponga en una situación diferente para las futuras variantes y nos permita gestionarlas de forma mucho más eficaz”.
Esto fue parte de una tendencia mundial. También en enero, el director regional de la Organización Mundial de la Salud para Europa, el Dr. Hans Kluge, declaró: “Es plausible que la región esté avanzando hacia una especie de final de la pandemia”.
En su discurso sobre el estado de la Unión del 1 de marzo de 2022, el presidente de EE.UU., Joe Biden, declaró: “Puedo decir que estamos avanzando con seguridad, volviendo a rutinas más normales... gracias a los progresos que hemos hecho en el último año, el COVID-19 ya no tiene que controlar nuestras vidas”.
Todas estas eran mentiras destinadas a desarmar a la población para que acepte “vivir con COVID”. Ya en agosto de 2020, el WSWS advirtió de la posibilidad de que nuevas variantes evolucionen y sigan causando estragos, escribiendo: “Con la propagación del virus SARS-CoV-2 en todo el mundo, surge la oportunidad de nuevas mutaciones y la aparición de nuevas cepas del virus.” Hemos insistido repetidamente en este peligro y en la posibilidad de que surjan variantes más infecciosas, resistentes a las vacunas y letales.
Según el exceso de mortalidad estimado por The Economist, 3,8 millones de personas han muerto desde el 3 de enero como resultado de la continuación de la pandemia y del intento de obligar a la sociedad a “vivir con el COVID”. Hay que poner fin a esta catástrofe cada vez más profunda, ¡y los responsables deben rendir cuentas!
El Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) y sus Partidos Socialistas por la Igualdad afiliados están encabezando la lucha por construir un movimiento de masas de la clase obrera internacional para detener la pandemia. Para participar en esta lucha, rellena el siguiente formulario .
(Publicado originalmente en inglés el 14 de julio de 2022)