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Gobierno de Trudeau conspira junto con la administración de Biden para poner fin a la huelga de los estibadores de la costa occidental de Canadá

¿Es usted un estibador en huelga de la Columbia Británica? Contáctenos aquí para contarnos anónimamente sobre sus condiciones laborales y discutir el camino a seguir para la huelga.

La reunión del jueves entre el ministro de Trabajo de Canadá, Seamus O'Regan, y la secretaria de Trabajo interina de los Estados Unidos, Julie Su, debe ser tomada como una advertencia por los más de 7.400 estibadores de la costa occidental canadiense que están en huelga en 30 puertos de la Columbia Británica. Ésta presenta una indicación de que el gobierno liberal de Trudeau en Ottawa y la administración demócrata de Biden en Washington están conspirando tras bambalinas para orquestar la clausura de la huelga que ya entra en su segunda semana. La huelga representa un desafío directo a las políticas internacionales de guerra imperialista y a los ataques domésticos contra los derechos democráticos y sociales de los trabajadores por parte de las élites gubernamentales de Canadá y Estados Unidos.

Manifestación de estibadores en el Despatch Hall de Vancouver

Los trabajadores en huelga deben responder inmediatamente con preparativos para desafiar la intervención del gobierno, ya sea que ésta tome la forma de un acuerdo de traición preparado a espaldas de los trabajadores o una legislación de regreso al trabajo y la imposición de un arbitraje inapelable.

La respuesta debe incluir la formación de comités de base en cada puerto para arrancar el control de esta lucha de las manos de la burocracia del Sindicato Internacional de Estibadores y Almacenistas (ILWU, por sus siglas en inglés), que continúa minimizando el peligro de la intervención gubernamental a la vez que suplica a los empleadores que regresen a la 'mesa de negociaciones'. Estos comités deben, a su vez, hacer un llamado especial a los 22.000 estibadores en los Estados Unidos que fueron víctimas de una conspiración similar dirigida por la Casa Blanca el mes pasado para bloquear una huelga e imponer un acuerdo provisional que aún no ha sido visto por ningún trabajador.

Tras la llamada del jueves por la tarde con Su, O'Regan, quien ha prometido no irse de Vancouver hasta que se alcance un acuerdo entre la Asociación de Empleadores Marítimos de Columbia Británica (BCMEA, por sus siglas en inglés) y la ILWU, emitió una declaración diciendo: “La industria, los trabajadores y todos los niveles gubernamentales quieren ver a las mercancías moverse de nuevo a través de nuestros puertos de la Columbia Británica'.

Según informes de los medios y declaraciones de las partes involucradas, Su fue una figura central en la intermediación del acuerdo de junio entre el ILWU y la Asociación Marítima del Pacífico (PMA, por sus siglas en inglés) de los empleadores. El anuncio repentino tuvo lugar cuando los estibadores a lo largo de la costa occidental de los EE. UU. tomaron acciones laborales cada vez más militantes en desafío al acuerdo de 'no huelga, no cierre patronal' entre la ILWU y la PMA que ha mantenido a los trabajadores laborando durante un año desde la expiración de su contrato.

Su fungió como subalterna del secretario de Trabajo Marty Walsh cuando la administración de Biden intervino el noviembre pasado para bloquear la huelga inminente de más de 110.000 trabajadores ferroviarios y forzar una serie de contratos que le permitieron a los altamente rentables ferrocarriles de Clase I el continuar explotando despiadadamente a los trabajadores.

No se proporcionaron detalles sobre lo que O'Regan discutió con Su, pero no es difícil imaginar cuál fue el contenido de sus conversaciones. La huelga está afectando entre 500 y 800 millones de dólares canadienses en mercancías cada día. Canadá envía aproximadamente dos tercios de su comercio exterior a los Estados Unidos y alrededor del 15 por ciento del tráfico de contenedores de los Estados Unidos pasa por los puertos de la Columbia Británica.

Con base en estas cifras, Su le ha de haber dicho a O'Regan que la continua interrupción de las cadenas de suministro es completamente inaceptable bajo las crecientes condiciones de la guerra contra Rusia de la administración de Biden, las cuales exigen la libre circulación de equipos militares, así como los preparativos para la guerra contra China. Ella tal vez explicó cómo la élite financiera de Wall Street está exigiendo que la huelga termine ya para evitar poner en peligro las cadenas de suministro norteamericanas, así como las políticas proteccionistas económicas sobre las cuales el imperialismo estadounidense y canadiense están basando sus planes globales para enfrentar y derrotar a sus grandes rivales del poder.

El gobierno de Trudeau no es menos entusiasta que la administración de Biden para ponerle un fin a la huelga. De acuerdo a su larga asociación íntima con los sindicatos, la preferencia del partido liberal es la de presionar al ILWU para que éste llegue a un acuerdo de traición con la BCMEA y lo imponga a los trabajadores. Esto explica la participación de O'Regan en conversaciones por más de una semana, incluyendo una reunión de último recurso que involucró a ambas partes el 30 de junio con el objetivo de evitar la huelga del 1º de julio.

Sin embargo, los liberales de Trudeau, que dependen de los Nuevos Demócratas patrocinados por los sindicatos en la Cámara de los Comunes para una mayoría parlamentaria, han demostrado en el pasado que no tienen reparos en usar la fuerza total del estado para imponer las demandas de las grandes empresas a los trabajadores.

En 2018, el gobierno de Trudeau penalizó las huelgas rotativas de los trabajadores del servicio de correo nacional canadiense, Canada Post, que luchaban por mejoras salariales y seguridad en el empleo. Y en mayo de 2021, el gobierno de Trudeau impuso una ley de regreso al trabajo a 1.100 trabajadores portuarios de Montreal, reprimiendo una lucha de varios meses contra un régimen disciplinario brutal, horarios agotadores y reducciones salariales en términos reales.

El siguiente paso más probable será que el gobierno anuncie una convención extraordinaria del parlamento, la cual será utilizada como amenaza para intimidar al ILWU a concluir un acuerdo. De no materializarse dicho acuerdo, los liberales buscarán impulsar una legislación de regreso al trabajo, que recibirá un apoyo entusiasta de los conservadores en la oposición. El líder del Nuevo Partido Demócrata (NDP, por sus siglas en inglés), Jagmeet Singh, quien dice oponerse a las leyes rompehuelgas, ha renovado al mismo tiempo su compromiso de apoyo al gobierno liberal, lo que subraya el papel crucial que el NDP está desempeñando para allanar el camino para la prohibición de la huelga de los trabajadores portuarios.

El ILWU no tiene nada que ofrecer a los trabajadores frente a estas claras preparaciones del gobierno de Trudeau para aplastar a la huelga en los puertos de la Columbia Británica. El mismo día que O'Regan se reunió con Su, el presidente del ILWU de Canadá, Rob Ashton, se dirigió a una manifestación de trabajadores en Vancouver a la que asistieron varios cientos de ellos, donde minimizó el peligro de la intervención gubernamental. '¿Quieren paz laboral? Entonces siéntense en la maldita mesa [de negociación]', exigió Ashton a la BCMEA. 'Pero no quieren, están esperando a que el gobierno les haga el trabajo sucio. No quieren tratarnos con respeto. El comité de negociación está aquí. El comité de negociación está listo. El comité de negociación está listo para ir al baile'.

Como Ashton sabe muy bien, dado que él personalmente ha asistido a reuniones con O'Regan y mediadores federales, el gobierno ya ha estado interviniendo activamente en las conversaciones a gran escala. Mantener la perspectiva de un acuerdo 'justo' en la 'mesa de negociación' bajo condiciones en las que Ottawa y Washington están conspirando para aplastar la huelga es parte de un esfuerzo consciente de la burocracia del ILWU para engañar a los trabajadores sobre lo que realmente enfrentan y allanar el camino para la derrota de la huelga.

El ILWU también ha trabajado incansablemente para aislar a los huelguistas canadienses de sus compañeros estadounidenses, a la vez que los gobiernos de Canadá y los Estados Unidos colaboran íntimamente para sofocar la huelga. El ILWU en los Estados Unidos prometió el jueves no manejar carga destinada a Canadá proveniente de los barcos que están siendo desviados desde Vancouver o Prince Rupert durante la huelga. Pero este anuncio parece poco probable que vaya a tener un gran impacto, ya que las compañías navieras pueden simplemente reetiquetar los contenedores con un nuevo puerto de destino mientras éstos se encuentran en el mar.

La intervención directa de la administración de Biden en la huelga de los trabajadores portuarios hace patente que la lucha que los huelguistas enfrentan es una lucha de carácter político. Los huelguistas deben ampliar su lucha como respuesta a este intento de las élites gubernamentales de las dos potencias imperialistas de América del Norte de prohibir las huelgas en el sector transportista para fortalecer la seguridad de la cadena de suministro y otras medidas de proteccionismo económico con el fin de perseguir sus ambiciones globales depredadoras.

Los trabajadores portuarios de la Columbia Británica deben de apelar a todas las secciones de trabajadores de Canadá, quienes ellos mismos han experimentado décadas de recortes salariales, ataques a beneficios y pensiones y el socavamiento de la seguridad laboral, para que se unan a una contraofensiva liderada por trabajadores contra la austeridad y la guerra. Los trabajadores del sector público, los trabajadores de la salud, los trabajadores de la construcción, los trabajadores de la manufactura, los trabajadores postales, entre otros, son aliados naturales de los trabajadores portuarios en huelga, ya que todos han sido el objetivo de la despiadada eliminación de los derechos de los trabajadores por parte de los gobiernos en todos los niveles, incluyendo decenas de leyes de regreso al trabajo en las últimas décadas.

Esta lucha política no debe detenerse en las fronteras de Canadá. Las discusiones de la administración de Biden con el gobierno de Trudeau sobre la mejor manera de poner fin a la huelga han demostrado una vez más que los trabajadores portuarios de Canadá y de los Estados Unidos están luchando por los mismos intereses y que enfrentan enemigos comunes. Así como el enemigo ha unificado su lucha, los trabajadores deben unificar la suya a nivel internacional rompiendo con la camisa de fuerza nacionalista y de 'negociación colectiva' impuesta por el ILWU.

(Publicado originalmente en inglés el 7 de julio de 2023)

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