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Perspectiva

Documentos revelan conspiración israelí para facilitar el ataque del 7 de octubre

Primer ministro israelí Benjamín Netanyahu asiste a una rueda de prensa con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el ministro de Gabinet Benny Gantz en la base militar de Kirya en Tel Aviv, Israel, 28 de octubre de 2023 [AP Photo/Abir Sultan]

El viernes, el New York Times publicó un reporte que demuestra de forma concluyente que Israel estaba plenamente informado con detalles de los planes de Hamás para atacar su frontera el 7 de octubre. Estas revelaciones dejan claro que los funcionarios oficiales sabían cómo y dónde atacaría Hamás y tomaron la decisión deliberada de bajar la guardia y facilitar el ataque.

Estas revelaciones significan que el Gobierno israelí permitió e instigó el asesinato de sus propios ciudadanos y es responsable de las muertes que ocurrieron ese día. Esta conspiración criminal buscaba crear un pretexto para un genocidio que había planeado mucho antes contra el pueblo de Gaza.

Además, es imposible creer que Estados Unidos no estuviera informado de los planes de Hamás en condiciones en que tanto la inteligencia israelí como la de Egipto tenían avisos de antemano del ataque. Todo apunta a un plan que involucró a Israel, el Gobierno de Biden y posiblemente las agencias de inteligencia británicas y europeas.

El Times publicó este reporte el lunes cuando Israel iba a lanzar una nueva ola de ataques contra Gaza, durante una visita de Antony Blinken. La presencia del secretario de Estado de EE.UU. no solo buscaba manifestar el apoyo de Estados Unidos a la reanudación de la embestida, sino también para manejar la respuesta a las revelaciones sobre la conspiración.

El Times reportó que:

El documento de aproximadamente 40 páginas, que las autoridades israelíes nombraron en código “Muro de Jericó”, resume, punto por punto, exactamente el tipo de invasión devastadora que condujo a la muerte de aproximadamente 1.200 personas.

El documento obtenido por las fuerzas de inteligencia israelíes “describe meticulosamente el método de ataque, reflejando los eventos que tuvieron lugar”, reporta el Times. “Describe un asalto intenso para traspasar las fortificaciones de la Franja de Gaza, tomar ciudades israelíes y atacar bases militares clave. Este plan fue implementado con una precisión alarmante, involucrando el uso coordinado de cohetes, drones y fuerzas terrestres”.

El Times informó:

Hamás siguió el plan con una precisión impresionante. El documento ordenaba una descarga de cohetes desde el principio del ataque, drones para destruir cámaras de seguridad y ametralladoras automáticas a lo largo de la frontera, así como atacantes con armas de fuego que cayeran sobre Israel en números masivos con parapente, en motocicletas y a pie; todo esto ocurrió el 7 de octubre.

Además, reportó el Times, el ejército y la inteligencia israelíes, sabían que Hamás llevaría a cabo un entrenamiento exhaustivo de un día para la misión, practicando en detalle el plan apenas tres meses antes del ataque. El Times indica:

El entrenamiento incluyó un ensayo sin municiones para derribar aviones israelíes y la toma de un kibutz y una base militar de entrenamiento, matando a todos los cadetes. Durante el ensayo, los combatientes de Hamás utilizaron la misma frase del Corán que apareció en el encabezado del plan de ataque “Muro de Jericó”.

Incluso cuando reconoce que Israel estaba plenamente informado de los planes de Hamás, el Times intenta presentar las revelaciones junto a una coartada, afirmando sin fundamentos que los funcionarios israelíes simplemente cometieron un error. El Times dice,

Detrás de todos estos fallos esta la simple y letalmente incorrecta creencia de que Hamás no tenía la capacidad de atacar y no se atrevería. Esa creencia estaba tan arraigada en el Gobierno israelí, dicen los funcionarios, que ignoraron la evidencia cada vez mayor que demostraba lo contrario…

El fracaso a la hora de atar cabos recuerda otro fracaso de análisis hace más de dos décadas, cuando las autoridades estadounidenses también tenían múltiples indicios de que el grupo terrorista Al Qaeda estaba preparando un atentado.

No, la decisión de bajar la guardia por parte de Israel el 7 de octubre no fue un fracaso a la hora de “atar cabos” porque no había cabos que atar. Las fuerzas de inteligencia israelíes habían obtenido todo el plan operativo del ataque del 7 de octubre, y luego presenciaron cómo Hamás llevaba a cabo un importante entrenamiento de alto nivel para implementar ese plan. Sabían exactamente lo que se había planeado y decidieron dejar que siguiera adelante.

El Times escribe: “Los oficiales militares y de inteligencia israelíes desestimaron el plan, considerándolo demasiado ambicioso y difícil para Hamás”. Y añade: “No está claro si el primer ministro Benjamín Netanyahu u otros altos dirigentes políticos vieron el documento”.

Tal presentación es absurda. Es imposible creer que una información de este carácter pudiera llegar a manos de las agencias de inteligencia sin provocar el análisis más intenso. La idea de que, después del 11 de septiembre, se ocultaran al primer ministro planes de tan alto nivel es inconcebible.

Un documento así habría procedido de una fuente infiltrada en los niveles más altos de Hamás. Una vez obtenida esta valiosa información, habría sido vital tomar medidas para proteger a la fuente, incluyendo contramedidas para hacer creer a Hamás que Israel no poseía la información. Bajar la guardia pudo haber sido una manera de enviar una señal de que el plan de Hamás no había quedado al descubierto.

En última instancia, se optó por permitir que la operación de Hamás siguiera adelante, con el fin de proporcionar a Israel un pretexto para un asalto militar masivo y largamente planeado contra Gaza. Solo Netanyahu podía tomar una decisión así. Estados Unidos, por su parte, envió instantáneamente una fuerza militar masiva a la región, anunciando el despliegue de su mayor portaaviones y buque de escolta en la región a las 24 horas del ataque.

La afirmación del Times de que la decisión israelí de bajar la guardia fue un “fallo de inteligencia” no tiene sentido porque es una mentira de principio a fin.

No, los acontecimientos del 7 de octubre no fueron un fracaso de los servicios de inteligencia: Israel tuvo un notable éxito previendo exactamente la operación militar de Hamás. En lugar de actuar basándose en esta información de inteligencia, Israel orquestó una retirada de tropas y de recopilación de información de inteligencia en el preciso momento en que se produjo el ataque.

Cuatro días después del atentado del 7 de octubre, el veterano periodista Seymour Hersh informó de que en los días previos al atentado, “las autoridades militares israelíes locales, con la aprobación de Netanyahu, ordenaron a dos de los tres batallones del Ejército, cada uno con unos 800 soldados, que protegían la frontera con Gaza que se concentraran en el festival de Sucot” que se celebraba cerca de Cisjordania.

Hersh citó a una fuente que le dijo: “Eso dejó solo ochocientos soldados... para encargarse de vigilar los 51 kilómetros de frontera entre la Franja de Gaza y el sur de Israel. Eso significaba que los ciudadanos israelíes del sur se quedarían sin presencia militar israelí durante diez o doce horas. Se les dejó a su suerte”

La retirada no solo dejó la frontera vulnerable a los ataques, sino que creó las condiciones para que las fuerzas militares tuvieran que ser transferidas para interceptar a los atacantes de Hamás en zonas civiles, creando condiciones en las que las fuerzas de tanques y helicópteros israelíes dispararon indiscriminadamente contra zonas civiles, aumentando aún más el número de muertos israelíes.

Además de la retirada militar, Israel tomó la decisión de poner su vanagloriada unidad de inteligencia de señales 8200 fuera de servicio los fines de semana, lo que significa que la unidad de inteligencia de señales que detectó el ejercicio de entrenamiento hace tres meses no estaba de servicio en el momento del ataque del sábado.

La revelación del conocimiento anticipado del ataque por parte de Israel desenmascara asimismo a los medios de comunicación y a la élite política en EE.UU., que han apoyado plenamente las afirmaciones de Israel de que el ataque les cogió por sorpresa, y han afirmado que los acontecimientos del 7 de octubre justifican el genocidio que se está desatando ahora en Gaza.

Estas revelaciones demuestran que el genocidio de Gaza es una conspiración criminal del régimen de Netanyahu y sus patrocinadores imperialistas, cuyas víctimas no son solo los 20.000 palestinos masacrados, sino la propia población israelí.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de diciembre de 2023)

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