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Perspectiva

Invocando Convención sobre Genocidio, ICJ ordena que Israel detenga la ofensiva en Rafah

El viernes, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) presentó una orden de emergencia contra Israel bajo la Convención sobre Genocidio de 1948. Citando reportes de que “800.000 personas han sido desplazadas de Rafah” hasta el 18 de mayo, los magistrados de la CIJ votaron 13 a 2 a favor de que “Israel cese de inmediato la ofensiva militar” y todas las acciones que “impongan al grupo palestino en Gaza condiciones de vida que podrían conllevar su destrucción física en su totalidad o en parte”.

Humo de un bombardeo israelí en Rafa, al sur de la Franja de Gaza, 7 de mayo de 2024 [AP Photo/Ramez Habboub]

Los líderes políticos en Estados Unidos e Israel respondieron inmediatamente al fallo con una arrogante ferocidad, insistiendo en que la ofensiva israelí contra Rafah debe continuar.

El ministro de Finanzas ultraderechista de Israel, Bezalel Smotrich respondió al fallo comparando a la CIJ a los “nazis”, “Hamás” y el “Estado Islámico”, todo en la misma declaración. El senador estadounidense Lindsey Graham, quien exigió más temprano este mes que Gaza sea bombardeada como Hiroshima y Nagasaki respondió al fallo declarando que “la CIJ puede irse al infierno”.

“Hace mucho tiempo debimos plantarnos ante estas supuestas organizaciones internacionales de justicia vinculadas a la ONU”, afirmó Graham. “Esto será y debe ser ignorado por Israel”.

Las respuestas de los funcionarios estadounidenses e israelíes al fallo de la CIJ recuerdan una vez más las palabras del juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos, Robert Jackson, en su declaración de apertura en los juicios de Nuremberg de criminales de guerra nazis en 1945. Jackson dijo

[E]stos hombres se sorprenden de que esta sea la ley; realmente se sorprenden de que exista tal cosa como la ley... cualquier ley era para estos hombres simplemente un dispositivo de propaganda para ser invocado cuando ayudaba y para ser ignorado cuando condenaba lo que querían hacer.

El fallo de la CIJ desacredita y expone masivamente al imperialismo de Estados Unidos y la OTAN, que ha respaldado el genocidio de Gaza hasta la empuñadura mientras al mismo tiempo cubre sus planes de guerra contra Rusia, China e Irán con el pretexto de supuestamente “preservar un orden internacional basado en normas”.

Las respuestas desafiantes a la decisión de la CIJ por parte de los líderes políticos estadounidenses e israelíes tienen implicaciones históricas de largo alcance, tanto como un hito en el colapso del orden internacional de posguerra, que se ha acelerado tras la disolución de la URSS, como en términos de su inevitable impacto en la conciencia popular mundial.

El fallo de la CIJ reivindica la participación de millones de personas en todo el mundo en manifestaciones contra el genocidio de Gaza, frente a los intentos deshonestos de etiquetarlos como “antisemitas”.

El fallo será celebrado por estudiantes y trabajadores académicos, como los que votaron a favor de la huelga en la Universidad de California, que han desafiado una campaña bipartidista de palizas policiales, balas de goma, gas pimienta, expulsiones, calumnias y arrestos masivos por intentar decir en voz alta, en manifestaciones pacíficas, lo que el presidente de la Corte Internacional de Justicia dijo el viernes en La Haya.

La CIJ, el tribunal más alto de Naciones Unidas, emitió su fallo el viernes en respuesta a la última solicitud de Sudáfrica de “medidas preliminares” u órdenes provisionales de emergencia, como parte de los procedimientos contra Israel en virtud de la Convención sobre el Genocidio que han estado en curso desde diciembre. En las audiencias de la semana pasada, los representantes de Sudáfrica acusaron a Israel de seguir un “plan coordinado destinado a la destrucción de los fundamentos esenciales de la vida palestina”.

El fallo de la CIJ del viernes pone especial énfasis en el asalto militar israelí a Rafah, el “último refugio” de cientos de miles de personas que han sido desplazadas de otras áreas de Gaza, a menudo varias veces. En estas condiciones, las “órdenes de evacuación” masivas de Israel equivalen a órdenes para que las personas afectadas dejen de existir, porque no les queda ningún otro lugar en Gaza adónde ir.

Después de llamar previamente a una ofensiva militar israelí en Rafah una “línea roja”, el Gobierno de Biden posteriormente cedió y permitió que la operación avanzara este mes. Hasta la fecha, esta operación, que consiste en una ola de asesinatos contra refugiados hambrientos, no una ofensiva militar en ningún sentido convencional, de hecho, ha desplazado a casi un millón de personas en total.

Además de exigir el cese inmediato del asalto a Rafah, el fallo de la CIJ insiste en que Israel permita el acceso a Gaza a los investigadores de crímenes de guerra de la ONU. También acusa a Israel de violar su orden de enero que exige “preservar las pruebas relacionadas con las denuncias de actos dentro del alcance de la Convención sobre el Genocidio”.

Si bien el fallo de la CIJ está escrito en un estilo formal y mecánico, estos detalles envían una señal inequívoca de que no se puede descartar que haya enjuiciamientos por el delito de genocidio. La CIJ también acusó a Israel de ignorar su orden del 28 de marzo que exige la “provisión sin obstáculos a gran escala por parte de todos los participantes de los servicios básicos y la asistencia humanitaria que se necesitan con urgencia”.

La decisión de la CIJ se produce días después de que el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional anunciara que solicitaría órdenes de arresto contra el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, acusándolos de “asesinato” y “exterminio” de civiles.

El Gobierno de Biden respondió a las solicitudes de órdenes de arresto calificándolas de “indignantes”, a pesar de haber celebrado la orden de arresto de la CPI contra el presidente ruso Vladímir Putin el año pasado. Pero si bien la CPI fue creada por un tratado que ni Israel ni los Estados Unidos han firmado, la CIJ deriva su autoridad de la carta de la ONU, que los Estados Unidos ratificó en 1945. Estados Unidos ratificó formalmente la Convención sobre el Genocidio en 1948.

Si bien la decisión de la CIJ es significativa, hace tiempo que debió haberse tomado y carece de cualquier medio para hacerla valer dentro del marco imperialista existente. El Gobierno israelí, como lo han demostrado los representantes de Sudáfrica efectivamente a lo largo de los procedimientos en curso de la CIJ, hace caso omiso del derecho internacional, las decisiones vinculantes del Consejo de Seguridad de la ONU y los fallos de la CIJ con impunidad.

El abogado Vaughan Lowe, argumentando el caso en nombre de Sudáfrica la semana pasada, dijo directamente a los jueces reunidos que “el pueblo palestino se enfrenta al genocidio en Gaza, y sus órdenes anteriores no han logrado protegerlo contra eso”.

En respuesta a los procedimientos de la CIJ en enero, Netanyahu se jactó abiertamente de que ignoraría cualquier fallo que dictara el tribunal. “Nadie nos detendrá, ni La Haya, ni el eje del mal, ni nadie más”.

Con el apoyo de la Administración de Biden en los Estados Unidos, se espera que Israel continúe su operación militar en Rafah sin tener en cuenta el fallo de la CIJ. “Estamos fortaleciendo nuestro esfuerzo en Rafah”, dijo Gallant el jueves. “Esta operación crecerá, con más fuerzas en el terreno y más fuerzas desde el aire”.

El movimiento de protesta global contra el genocidio de Gaza justificadamente se sentirá alentado por el fallo de la CIJ. Últimamente, estas protestas han visto a la clase trabajadora comenzar a “flexionar su músculo en un tema político”, para usar una frase empleada por Los Angeles Times en relación con el poderoso movimiento de huelga entre los trabajadores académicos en el sistema de la Universidad de California.

El poder de la clase obrera internacional es, de hecho, mil veces más fuerte que las fuerzas detrás del genocidio y la represión. Pero ejercer plenamente ese poder requiere una lucha por su independencia política, liberándolo de la influencia paralizante de las instituciones e ideas políticas burguesas en cada país y orientándolo hacia el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de mayo de 2024)

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